Las normas —en la mayoría de los casos— las incumplimos por desconocimiento. Y, lo que es más grave aún, las sanciones las padecemos igual: sin saber por qué. Entonces: ¡Que no le pase a usted!
El conocimiento es poder y saber a qué nos enfrentamos cada vez que conducimos es la mejor manera de evitar esas consecuencias.
Haga clic y deje de ser una víctima; asume tus derechos y deberes con total autoridad.